Por alguna extraña razón del Sindicato Textil, esta H. Empresa ofrece a sus empleados tres semanas de vacaciones al año. Una en Semana Santa, las otras dos en Navidad-Año Nuevo.
Otro día hablaré de las ventajas / desventajas de esta prestación. Pero si eres de Sistemas, y tienes un departamento de Contabilidad cuya principal virtud es dejar TODO al último, tus vacaciones, simplemente, se esfuman.
Este año, el SAT obligó a los contribuyentes a ocupar la facturación Electrónica. Sería una muy buena medida ecológicamente hablando, por el ahorro de papel . . . sino fuera que tenemos clientes taaan imbéciles que piden que les enviemos las facturas impresos dos veces, aparte de la electrónica. Ah de Dió . . . El caso es que el afamado departamento Contable compró el programa 3 semanas antes del fin de año.
Si, exactamente una semana antes de las vacaciones. X-D
Recé porque fuera una instalación limpia, sin problemas, en nuestro servidor. Se me cumplió.
El problema fue al instalar las terminales que se comunican al servidor. NUNCA encontraron la información en el servidor.
El Soporte técnico de Aspel, el Ingeniero de la empresa que nos vendió el programa y yo, trabajamos casi tres semanas a intervalos (o sea, cuando los tres podíamos venir, porque ellos tenían citas en otros lados . . benditos mexicanos), tratando de echar a andar esto. Jamás funcionó.
¿La solución? Ayer les dije que instaláramos todo en otra computadora, que no es un servidor, es una máquina nueva para un proyecto de terminales tontas que tengo. Funcionó perfectamente. Las terminales encuentran la información.
Cuando les comentó que que curioso que no funcionara en nuestro servidor, a pesar de haber utilizado todas sus soluciones (aprobadas en los foros de Aspel) comentaron “Es que nunca nos ha funcionado bien en una estructura de dominio. Como todas son diferentes, es difícil echarlas a andar.” Mis dos semanas de vacaciones a la basura. Patético.
Pensé en asesinarlos. Después recordé que viene el 6 de Enero y tengo que ver los regalos de mis sobrinos. Y estando en reclusorio no puedo hacer eso.
A veces detesto el modo de trabajo de los mexicanos. Todo al último. Todo a la carrera. Haciendo grandes aspavientos porque trabajan 16 horas . . . haciendo la misma cantidad de trabajo que podrían hacer en 8 horas. Damn!.
Yo prefiero trabajar 8 horas como si me correteara el demonio, para tener mis 8 horas libres y dedicarlas a mis actividades recreativas-curriculares, que llenarme el hocico diciendo “Es que yo trabajo 16 horas de corrido . . .”. Ay, los mexicanos . . .
Bueno. Ya tenemos factura electrónica. Ahora, a ver que nueva guarrada y problema sacan de tener factura electrónica.
X-D
